Quienes hacemos comunicaciones tenemos el consenso de que el Storytelling es una metodología de trabajo que permite generar cercanía con los públicos de interés. A través de las historias logramos una conexión emocional que hace que nuestros mensajes se instalen en el imaginario de nuestros stakeholders de mejor manera.
Si bien el arte de contar historias no es nuevo, sabemos que desde la antigüedad los mayores traspasaban sus creencias, leyendas y mitos a los más jóvenes de manera oral para preservar su cultura. Con la invención de la escritura esta información quedó plasmada, en algunos casos, en piedra para las futuras generaciones y hoy en día Internet ha permitido que las “historias” se masifiquen a gran velocidad.
Contar historias está en nuestro ADN, por tanto, es una herramienta a la que podemos acceder de manera natural para dar a conocer nuestro punto de vista a otros.
Esta situación no solo ocurre cuando las empresas comunican su historia “hacia afuera”, sino que internamente también es necesario crear un relato que permita alinear a los públicos y lograr su participación y compromiso con los desafíos que tienen que enfrentar como compañía.
¿Cómo puedo lograr que las personas, en sus distintos roles, entiendan y hagan propio el relato de la empresa? El Data Storytelling es un buen camino. A través de este proceso podemos transformar los análisis de datos en un argumento comprensible para una audiencia más amplia con elementos verificables que generan un mayor impacto. Por ahí dicen que los números hablan y no mienten.
Entendiendo que nuestras audiencias internas pueden tener distintas formaciones, al momento de construir la historia nuestra recomendación es:
- Crear una historia impactante con datos sólidos.
- Agregar el elemento emocional a la par de la lógica ¿cuál es el rol de los colaboradores de una empresa para lograr el objetivo?
- Llevar a la audiencia al punto que nos interesa enfatizar para que podamos crear una conclusión en conjunto.
- Conducir el mensaje con datos que den una visión global de la situación.
- Más es menos, por tanto, simplificar el lenguaje para que entienda la mayor cantidad de personas es vital para mantener a la audiencia cautiva.
- Usar elementos visuales que apoyen el relato. Una imagen vale más que mil palabras y nos ayudará a estar todos en la misma página, sin dejar espacio para interpretaciones.
Comunicar internamente el propósito y el relato de la compañía es una tarea tan relevante como comunicarla a los públicos externos. Al final del día, nuestros colaboradores son nuestros embajadores. Si ellos entienden y comparten el relato, mostraremos una consistencia que nos ayudará a posicionarnos de mejor manera en el mercado.