Por Cristina Gil- directora de Centro Barlovento
En su primer año de vigencia, la Ley º 21.438 que “Establece el Día de la Inclusión Social y la No Discriminación “, nos abre la puerta a pensar, empatizar y tomar conciencia con toda la población que sufre algún tipo de discriminación, ya sea por discapacidad, causas económicas, de género, etnia, entre otras.
En lo que respecta a personas con alguna discapacidad, la lucha por la no discriminación e inclusión social ha ido dando sus frutos, iniciando hace unos años atrás con la Ley de Inclusión Laboral, la cual ha aumentado las plazas de trabajo disponibles para este grupo de la población, sin embargo, los resultados podrían ser aún mejores, ya que muchas empresas optan por el pago de la medida compensatoria versus contratar personal. Generalmente esto sucede a causa del desconocimiento que hay respecto a las capacidades de las personas con discapacidad, desconociendo que pueden ser tan o más eficientes que cualquier trabajador.
Hablar de discriminación, en el 2023, cuando tenemos desde el año 2008 la convención de los derechos de las personas con discapacidad, no debería ser tema presente ni prioritario. Sin embargo, seguimos aquí, encabezando campañas para que dejemos de lado la segregación y seamos todos parte de una sociedad caracterizada y enriquecida por la diversidad.
Tener una discapacidad genera algunas necesidades de apoyo frente a determinadas actividades, pero quienes no tienen discapacidad, ¿siempre son autosuficientes? ¿nunca requieren apoyo para determinada tarea?
Los invito a todos a involucrarse e informarse sobre estos temas que pueden generar algún tipo de discriminación. Sólo así seremos todos parte de una misma sociedad diversa y empática.